Por qué la eutanasia legal favorecería a las mujeres: “Podría aliviar el dolor de quienes más cuidan”

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Lo dice Ignacio Maglio, abogado y uno de los referentes en lo que prefiere llamar “derecho a la interrupción voluntaria de la vida”. En Argentina hay tres proyectos de ley que siguen en el Congreso esperando ser debatidos. Además: ¿por qué no sería sólo para pacientes terminales y podría pedirla, por ejemplo, alguien con Alzheimer? Y alguien con depresión, ¿calificaría?

Ignacio Maglio en el ombú del Hospital Muñiz (Foto: Adrián Escandar)Ignacio Maglio en el ombú del Hospital Muñiz (Foto: Adrián Escandar)

Hace unos 10 años la voz de Ignacio Maglio llegó a los medios de todo el país. Es abogado experto en Salud Pública y miembro del Consejo Directivo de la red de Bioética de Unesco (ONU),y fue la persona a la que llamaron para asesorar a las hermanas de Marcelo Diez, un joven neuquino que había tenido un accidente de moto y llevaba dos décadas en estado vegetativo irreversible.

Las hermanas pedían la “muerte digna”, es decir, que le retiraran los soportes que lo mantenían vivo (por ejemplo, el respirador). El caso llegó a la Corte Suprema de Justicia que, en un fallo que se consideró “histórico”, finalmente lo autorizó. Marcelo Diez murió apenas se los sacaron.

Marcelo DiezMarcelo Diez

Desde entonces Maglio es una referencia en el llamado “derecho a morir” y muchos de los argumentos que dio en charlas y entrevistas fueron usados para los tres proyectos de ley de eutanasia que fueron presentados durante los últimos dos años en el Congreso.

En esta entrevista con Infobae, Maglio -que también es jefe de Riesgo Médico Legal del Hospital Muñiz- distingue la “ley de muerte digna” de la “ley de eutanasia”. Y pone blanco sobre negro: ¿por qué no sería sólo para pacientes terminales? ¿podría pedirla alguien, por ejemplo, con Alzheimer? ¿Qué es el período de arrepentimiento? ¿Por qué sostiene que su aprobación podría significar “un alivio” para las mujeres?

Hay tres proyectos de ley que esperan ser debatidos

Hay tres proyectos de ley en el Congreso que proponen legalizar la eutanasia, ¿qué es la eutanasia?

Yo prefiero llamarlo “derecho a la interrupción voluntaria de la vida”. Se trata de provocar la muerte a pedido de una persona afectada por un trastorno físico, mental o psicológico y en donde los tratamientos convencionales no dan una respuesta adecuada. Es decir, es el derecho que tiene una persona a decidir cuándo, cómo y dónde morir.

Hay dos cuestiones que son clave. Por un lado, solamente podría hacerse a petición de la persona (o de su representante si la persona no está en condiciones de pedirla). Por otro, es que se haría a través de un procedimiento médico, no es que se autoriza a alguien a suministrar un cóctel o un veneno en una dosis mortal.

En Argentina ya existe una “Ley de muerte digna” desde 2012. ¿Cuál sería la diferencia?

La “muerte digna” consiste en el rechazo de determinados tratamientos o soportes vitales (por ejemplo, retirar un respirador que mantiene viva a una persona en estado vegetativo irreversible). Ese rechazo puede, indirectamente, conducir a la muerte. Acá lo que la persona pide, directamente, es la interrupción de la vida en pocos minutos a través de la inyección de una sustancia.

Maglio sostiene que hay una relación entre el género y la eutanasia legal (Foto: Adrián Escandar)Maglio sostiene que hay una relación entre el género y la eutanasia legal (Foto: Adrián Escandar)

¿Quiénes podrían calificar para pedirla? ¿Sólo pacientes terminales?

No, no es un requerimiento. No se habla de “terminalidad” sino de personas que atraviesan un sufrimiento irreversible y refractario a cualquier tratamiento convencional. ¿Esto que quiere decir? Que el sufrimiento no es sólo dolor físico sino también lo que se denomina “sufrimiento existencial” o “sufrimiento psíquico”.

En las encuestas que se hicieron en los países que tienen más de 10 o 15 años de eutanasia legal, como Bélgica y Holanda, les preguntaron a los pacientes por qué la pedían. Más del 80% de los pedidos tienen que ver con lo que se denomina “la pérdida del ser”, es decir, personas que sienten que por la condición de salud que viven perdieron su razón de vivir: su lugar en la familia, en el trabajo, en la sociedad.

También dicen que sienten que es el último as en la manga que tienen, por decirlo de algún modo, para poder hacer valer su dignidad y su autonomía. Justamente, poder decir “hasta acá llegué, no quiero más”.

"No es solo para pacientes terminales", advierte (Foto: Adrián Escandar)«No es solo para pacientes terminales», advierte (Foto: Adrián Escandar)

¿Entonces, en caso de legalizarse, cualquiera que pida el “derecho a morir” podría calificar, incluso alguien que tiene esos sentimientos por una depresión?

No. ¿Por qué alguien con una depresión aguda no podría requerir la eutanasia? Porque los proyectos plantean que se tiene que tratar de un sufrimiento grave, existencial, psíquico o físico, y además, intratable.

La depresión se puede tratar. Todos los proyectos plantean un procedimiento muy seguro para evitar casos así. Cada pedido debe ser evaluado por comités de profesionales interdisciplinarios independientes, que deberán juzgar y decir si corresponde o no hacerle lugar. Además, se da un plazo a la persona que lo pide, una suerte de “periodo de arrepentimiento” para que pueda reflexionar. Un plazo de una semana o dos, no demasiado para no prolongar innecesariamente el procedimiento.

N. de R: una vez autorizado el pedido de eutanasia por el comité de profesionales, el médico podría provocar la muerte en un hospital o en la casa de la persona. Se inyecta un relajante primero y luego un anestésico (por lo general es Pentotal Sódico), que provoca un paro cardiorrespiratorio y la muerte en minutos.

En esta entrevista explica cómo sería el paso a paso (Foto: Adrián Escandar)En esta entrevista explica cómo sería el paso a paso (Foto: Adrián Escandar)

Entonces, si no es sólo para pacientes terminales ¿podría pedir la eutanasia una persona, por ejemplo, con Alzheimer?

Infobae

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