La rabia es una enfermedad viral que tiene consecuencias fatales y dolorosas en quienes la padecen. Es un padecimiento neurológico, que provoca una inflamación en el encéfalo.

¿CÓMO SE TRANSMITE LA RABIA?

Esta enfermedad afecta a los mamíferos y es zoonótica, transmisible entre animales y humanos. Según la Organización Mundial de la Salud, la principal fuente de contagio en humanos son perros que no se encuentran vacunados y murciélagos.

La transmisión se produce por el contacto con la saliva del animal infectado, generalmente a través de una mordida. Los síntomas suelen no hacerse aparentes durante los primeros días. En algunos casos pueden pasar semanas o meses antes de presentar síntomas.

Los síntomas que presenta esta enfermedad suelen ser dolor, fatiga, fiebre e irritabilidad. Luego puede presentar convulsiones y alucinaciones. Puede llegar a adoptar dos formas, que presentan síntomas característicos en cada una.

La primera, conocida como rabia furiosa, puede presentarse con estos síntomas antes de terminar en el deceso por paro cardiorespiratorio:

• Hiperactividad o excitación
• Hidrofobia o aerofobia
• Dolor de cabeza

La segunda es conocida como rabia paralítica y tiende a ser más prolongada. Esta forma presenta una parálisis gradual de los músculos, entrando en un coma lentamente hasta el fallecimiento.

¿QUÉ TIPO DE MASCOTA SE PUEDE CONTAGIAR?

Cualquier mamífero puede contagiarse de la rabia y es capaz de transmitirla. Eso incluye animales como gatos, perros, caballos, vacas y murciélagos.

La vacuna antirrábica es la primera línea de protección contra este virus, principalmente en perros. Por eso su vacunación es tan importante, para proteger su vida y la nuestra. Tanto perros, gatos, hurones, vacas, ovejas y caballos, tienen disponible la vacuna antirrábica. La inoculación le enseña al sistema inmunológico a defenderse contra el virus, mostrándole las características para reconocerlo en caso se esté expuesto.

En humanos esta es recomendada para profesiones de alto riesgo, que estén en contacto con animales que pueden portar el virus. Esta también puede ser administrada después de una mordedura o rasguño por un animal infectado.

Consulta con tu veterinario sobre la vacunación de tu mascota. La primera dosis se recibe cuando son cachorros, entre los 3 y 4 meses de edad, recibiendo un refuerzo anual por el resto de su vida.