Jogging cerebral: ¿cómo mejorar la memoria y prevenir el Alzheimer?
Además de las actividades cognitivas, el entrenamiento mental incluye la actividad física y la socialización, fundamentales para disminuir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas
El jogging cerebral es una actividad esencial para mantener en forma nuestro cerebro. El término puede sonar extraño, pero la analogía con el ejercicio físico es directa. Si trabajamos nuestros músculos para mantenernos saludables, ¿por qué no hacer lo mismo con la mente?
Al igual que el entrenamiento o jogging físico, el jogging cerebral tiene beneficios tangibles y comprobados. El primero de ellos es la prevención del deterioro cognitivo. Practicarlo regularmente va a mantener nuestra mente ágil por más tiempo, lo cual se debe a un fenómeno fascinante llamado neuroplasticidad.
Al desarrollar la neuroplasticidad, las neuronas de nuestro cerebro se comunican más y mejor, lo que nos permite tener una memoria más eficaz, una mayor capacidad de atención y, de paso, mejorar nuestro estado de ánimo. Además, esta actividad es fundamental para prevenir enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
¿Cómo practicar el jogging cerebral?
Parece sencillo, pero es importante entender que no solo se trata de ejercicios mentales. El primer paso es, como no podía ser de otra manera, el ejercicio físico. Esto puede sorprenderle, pero cuando realizamos actividad física, el flujo sanguíneo hacia el cerebro se incrementa, lo que le permite recibir más oxígeno y nutrientes.
Además, al movernos, nuestro cuerpo produce sustancias como las citoquinas y, en particular, las mioquinas, que tienen la capacidad de estimular la neuroplasticidad y, por tanto, favorecer la fertilización de nuestro cerebro. ¡Un entrenamiento físico puede ser también un fertilizante cerebral!
Además del ejercicio físico, otro pilar clave para mantener en forma el cerebro es el aprendizaje continuo. Aprender cosas nuevas —ya sea un idioma, un instrumento musical o tomando un curso— es una excelente manera de mantener nuestro cerebro en funcionamiento. Esto es, en esencia, lo que conocemos como jogging cerebral.
La lectura y la escritura también son esenciales: leer, memorizar lo que leemos y escribir, nos mantiene cognitivamente activos. No subestime el poder de la lectura diaria.
No olvidemos otro aspecto fundamental del jogging cerebral: la socialización. El cerebro es un órgano social por naturaleza, por lo que interactuar con otras personas, participar en actividades de grupo, unirse a clubes o simplemente intercambiar opiniones, también mantiene nuestras conexiones neuronales activas y saludables.
Y, por último, no podemos hablar de jogging cerebral sin mencionar la importancia de una nutrición adecuada. La dieta juega un papel crucial en el funcionamiento del cerebro, por lo que es esencial una alimentación balanceada que proporcione los nutrientes necesarios para su óptimo rendimiento.
El jogging cerebral es, por lo tanto, una práctica que involucra tanto el ejercicio físico como el mental, el aprendizaje, la socialización y la nutrición adecuada. Todos estos componentes trabajan juntos para mantener nuestro cerebro en su mejor estado, ayudándonos a prevenir el deterioro cognitivo y a mejorar nuestra calidad de vida.
* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.
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