«Es necesario hacer un dragado adecuado para toda la infraestructura: de las terminales de combustible, del puerto y de los silos, para garantizar que, al menos, desde la boca sur se pueda navegar», dijo y consideró que «en la medida que vas prorrogando ese trabajo, cada vez se hace más grande, y si hacés una sola cosa y no lo mantenés, es lo mismo que nada».

El especialista recordó que, por debajo de los 3 metros en Barranqueras, la navegación fluvial, en líneas generales, comienza a tener problemas. El riacho recibe una gran cantidad de tierra y sedimentos que arrastra el río Paraguay, que además descarga solo el 2% de agua en el Paraná, por lo que, en los últimos 100 años su ancho disminuyó a la mitad.

«De allí surge a las claras la importancia de hacer un trabajo integral de dragado y mantenimiento para garantizar las buenas condiciones de navegabilidad del riacho Barranqueras», apuntó.

En cuanto a las perspectivas para el corto plazo, Rohrmann indicó que en las próximas dos o tres semanas el río «va a reaccionar», por las lluvias recientes registradas en Brasil, pero como el Iguazú tiene una «cuenca chica» por lo que el Paraná «va a volver a bajar». «Para julio se prevén precipitaciones por debajo de lo normal, pero es habitual para esta época: además se viene La Niña aunque todavía no sabemos quién le va a tocar», cerró.