Vialidad: resistencia por 150 empleos en jaque en el Chaco

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A la vera de la ruta 11 y avenida Alvear, se congrega un grupo de trabajadores en estado de máxima alerta. La escena no es nueva: banderas, bocinazos, miradas encendidas fue la postal que marcó la protesta realizada este sábado por la mañana en la capital del Chaco.

El mensaje es urgente, contundente y, sobre todo, desesperado. Más de 150 familias chaqueñas mantienen el aliento en suspenso tras un decreto presidencial que amenaza con llevar al cierre a Vialidad Nacional, ícono del trabajo y motor de obras públicas en la provincia y el país.

Vialidad en la cuerda floja: angustia y resistencia por 150 empleos en jaque en el Chaco

La noticia fue un balde helado para quienes, desde hace años, son el pulso invisible de los caminos. «Seguimos firmes, porque tenemos que llevar el pan a nuestras casas, pero esto es una situación límite«, cuenta una operaria, rodeada de colegas que corean las mismas consignas: trabajo, dignidad, futuro. El Sindicato de Trabajadores Viales (STV) encabezó la convocatoria, marcada por pancartas y promesas de lucha. Denuncian que la medida, tomada en silencio y sin diálogo, sembró la angustia en los pasillos de la institución y en el corazón de cada familia afectada.

El decreto presidencial, publicado a toda velocidad, levantó polvareda en el Chaco y replicó el eco en todo el territorio nacional. Más de 5.200 trabajadores, de punta a punta del país, se desayunaron el mismo golpe: el riesgo de quedarse sin nombre, ni oficio, ni sustento. «No hay comunicación oficial, no hay respuestas claras. Solo ese decreto que nos cambia la vida de un plumazo«, lamenta una empleada con los ojos cargados de preocupación. La única certeza, hoy, es la incertidumbre.

La protesta chaqueña, que se suma a otras réplicas federales, no fue clandestina ni silenciosa. Hubo corte de rutas, sentadas y una consigna poderosa: la red vial une pueblos, pero detrás de cada kilómetro hay personas. Personas con historia, con familia, con sueños pendientes. El mensaje a la comunidad es claro: «No estamos defendiendo solamente nuestros sueldos, estamos peleando por la conectividad, la seguridad y el desarrollo de la provincia«.

Los trabajadores organizados, junto a la CGT y la Asociación Chaqueña de Trabajadores (ACAT), ratificaron que continuarán en estado de alerta y asamblea permanente. Se vienen jornadas largas, de brazos cruzados pero de voluntad intacta. En el aire flota una certeza que nadie quiere pronunciar: «Hasta que no nos saquen del edificio, seguiremos cumpliendo nuestras funciones«.

El pulso de la protesta sacudió la capital, y el eco de la lucha promete recorrer cada rincón de la provincia. El futuro de 150 familias y el valor de la palabra trabajo están, hoy más que nunca, en juego.

Diario Norte

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