La historia detrás del espumante boom de las fiestas: quién creó Fresita y su increíble éxito en Finlandia

0
Historias de marcas

Se lleva más del 50% de las ventas en su categoría y desde 2002 se produce en Mendoza. Sin embargo, su origen no está en la Argentina.

A la hora de descorchar durante las fiestas existen varias opciones. Algunos prefieren una sidra bien fría, otros las burbujas de un Champagne. Pero hay una marca que está directamente conectada con este período del año y que lidera casi en soledad su segmento. Fresita es un jugador top dentro de la categoría de espumantes frutados y si bien el mercado argentino es uno de sus grandes consumidores, esta etiqueta en realidad nació del otro lado de la Cordillera.

En 1902 el catalán Josep Rabat envió a su hijo Antonio rumbo a Chile. Un conocido suyo, que no tenía descendencia, era dueño de una panadería en Santiago y le había ofrecido darle trabajo al joven. Antonio Rabat luego heredó el negocio y fue ampliando su estructura a través de la compra de otros comercios del rubro. Sin embargo, en 1919, con 33 años, liquidó todas sus propiedades y viajó a Cataluña.

José Antonio Rabat Gorchs

Se quedó en su tierra natal durante dos años y en ese momento decidió volver a Chile. Pero en su regreso no retomó el negocio que le había dado buenos resultados, sino que optó por volcarse a la vitivinicultura. Rabat compró la Viña San Clemente y al emprendimiento se sumó su cuñado, Ricardo Gorchs. A esto le sumó la fundación de Viña Manquehue luego de traer cepas directo desde Francia.

En 1950 asume el mando José Rabat Gorchs, el hijo de Antonio. Y la compañía siguió su rumbo en el negocio de los vinos de alta gama.

CREACIÓN DE FRESITA

Recién en 1992 se da el lanzamiento de Fresita por intermedio de Viña Manquehue. Se trataba de un espumante al que le agregaban pulpa natural de frutilla. Para hacerlo utilizaban un blend de chardonnay, sauvignon blanc y moscatel y lo finalizaban con el método Charmat.

Este sistema había sido acuñado por el ingeniero agrónomo y enólogo francés Eugène Charmat en 1912. Consistía en darle una segunda fermentación al vino en tanques de acero inoxidable, en lugar de hacerlo en una botella. Con este método se obtenían productos más afrutados y, a su vez, se podía producir mayor volumen en menos tiempo.

La marca estaba pensada puntualmente para un público femenino. Incluso en el sitio oficial de Casal Sparkling Brands, dueño de la etiqueta, destaca: «Nuestra promesa: estar ahí cuando las mujeres se juntan con amigos».

BOOM ARGENTINO

Al poco tiempo la firma empezó a producir y exportar Fresita a diferentes mercados de América latina y la Argentina fue uno de los que picó en punta. Para 1998 ya enviaban cerca de 500.000 cajas de botellas al mercado local.

El encargado de traerla al país es Regional Trade, una empresa perteneciente al grupo Bica – también dueño del banco santafesino con el mismo nombre. Esta compañía también cuenta con una planta industrial de elaboración de productos a base de fruta en Santa Fe, donde producen conservas, pulpa y tragos listos.

Según Regional Trade, Fresita tiene más de un 50% de participación dentro de la categoría de espumantes frutados. A partir del 2002 iniciaron un proceso de sustitución de importaciones y la marca se produce localmente en Mendoza. Al sabor original de frutilla se le agregó una opción de arándanos y frutos rojos.

Por su parte, la firma chilena modificó su estrategia. En 2010 descontinuó su línea de vinos tranquilos para enfocarse en los espumantes y así se expandió por Canadá y China. En Finlandia, detallan, Fresita se convirtió en la marca más vendida de espumante a un año de su lanzamiento. Luego, en 2015, decidió cerrar su bodega y virar hacia un modelo de tercerización de producción con ventas que superan los u$s 30 millones por año entre todas sus etiquetas.

Deja un comentario