La Andariega te cuenta lo que hay detrás de la puerta roja
El Bar Cullen Harrison lo recrea muy bien en su patio adoquinado y con su ambientación que nos transporta sin demoras a los sabores prohibidos de esa época, donde estaban en juego las libertades individuales y donde compartir una cerveza era parte de la clandestinidad. Lejos de las miradas, este bar propone un clima intimista en un patio interno, olvidado en el tiempo, donde las nuevas historias se entretejen con objetos de época y el disfrute de la buena compañía se combinan con los sabores únicos de Cullen Harrison.
En Resistencia, este bar nos espera con su propia marca de cerveza artesanal, tragos, hamburguesas, pizzas, lomitos y papas, entre otras delicias. Un espacio asombroso, donde disfrutar de shows en vivo y compartir bebidas en un acogedor viaje en el tiempo sin los riesgos de la clandestinidad de los años ’20. Su horario de atención es de Martes a Domingo desde las 19:00. Ofrecen promociones en Happy Hour, Miércoles de Mujeres y eventos especiales.
Cullen y Harrison, los héroes de esta historia
La prohibición de alcohol se estableció a través de la Enmienda XVIII a la Constitución de los Estados Unidos, ratificada en 1919. Esta enmienda prohibía la fabricación, venta, transporte e importación de bebidas alcohólicas en todo el territorio del país.
Fueron 13 años, donde proliferaron los bares clandestinos y el crimen organizado, tiempos de Al Capone y de mucha de la épica que vimos en el cine. Pero el 21 de marzo de 1933 se firmó el Acta Cullen-Harrison (por Pat Harrison y Thomas H. Cullen). En ella se legaliza la venta de cerveza y de vino, siendo aplicable a partir del 7 de abril de 1933. Al firmar, el presidente Franklin Roosevelt dijo: «Creo que este sería un buen momento para una cerveza».






