Esta vez, la temática lleva un nombre romántico: «Bellas durmientes, el despertar de la moda», y todos los diseñadores y celebridades internacionales convocadas para el evento de moda más importante del año han dado lo máximo para deslumbrar en la alfombra roja más influyente de la industria.

La dupla Pucheta-Paz fue convocada por el canal E! Entertainment para ser parte de la antesala de la transmisión con un fashion filme, inspirado en la consigna de este 2024.

Y así fue que los diseñadores convocaron a la supermodelo Iman Kaumann para que sea su musa, dirigida por el reconocido fotógrafo Gabriel Rocca, quien supervisó un equipo de más de 20 personas en Arenas Studio, donde se realizó el video. Andrés Pastor puso su magia como estilista, Sergio Lamensa se ocupó del peinado y Vero Momenti, del maquillaje.

Anacronesia es el título elegido por los argentinos para el video en donde la Kaumann lleva un vestido color nude que parece salido de un cuento de hadas.

Los detalles del vestido

Para esta Met Gala se pensaron en dos propuestas que partieron de la temática de este año.  El primero diseño, de silueta anatómica, realizada en una organiza rígida transparente en color nut, fue un maxi corset que envolvía desde su rostro hasta el final de sus piernas transformándose en un gran vestido sirena de más 25 metros en distintas capas de género traslúcido. Totalmente armado en ballenas que develaban la estructura de esta gran prenda que finalizaba con unas mangas maximalistas, evocando una sirena que desea salir de la oscuridad.

Y el segundo vestido, como figura  opuesta y opulenta de lo que todos esperamos ver, el renacer de esta gran figura lo planteamos en un vestido de silueta evasé a modo de una metamorfosis de liberación y despertar de la moda en metros y metros interminables de ballenas que armaron y estructuraron, desde sastrería traslúcida y con deformación total en su molderia a una falda doble campana maximalista de más 8 metros de largo que se ajustaba en el módulo superior en una corsetería de cortes geométricos. Sin dudas el desafío más grande fue estructurar casi arquitectónicamente una estructura de tantas dimensiones en más de mil metros de ballenas construidas como los antiguos miriñaques.