El puerto de Barranqueras indicó ayer una altura de 0,67 metros, y se prevé que la bajante continúe
Sin río ni peces es grave el panorama para las familias del barrio San Pedro
«Con suerte algunos sacan uno o dos surubíes en la semana. Yo bajé los brazos porque hace más de cuatro meses que no saco ni uno», graficó la crisis el mallonero Portillo.
La altura del Paraná alcanzó mínimos de enero de 2023 y el nivel promedio de la primera semana de septiembre es el segundo más bajo desde 1970, de acuerdo con valores del Instituto Nacional del Agua (INA).

El hidrómetro ubicado en el Puerto de Barranqueras indicó ayer una altura de 0,67 metros, y se prevé que la bajante continúe. La escasez de peces -producto del bajo caudal- golpea a los pescadores de la zona, particularmente a los habitantes del barrio San Pedro Pescador, que sin carnada ni captura suficiente apenas logran subsistir.
«Hace más de cuatro meses que no pesco ni un surubí. Lo único que sale en mi cancha (sector del río que le corresponde para pescar) son bagres amarillos con espinel, por eso decidí dejar de lado la pesca e invertir más tiempo en otras actividades» detalló Mauro Portillo, en diálogo con NORTE.
Portillo es vecino del barrio San Pedro Pescador, que como su nombre indica es una comunidad que vive de lo que captura en el río Paraná. «Para comer siempre hay, por eso hambre no vamos a pasar. El problema es que con lo que pescamos debemos cubrir todo el resto de alimentos necesarios en una dieta sana, nuestra ropa y la de los chicos, y todos los gastos cotidianos de cualquier familia», indicó el hombre que además trabaja de profesor de matemáticas particular y de cocinero en una cervecería artesanal de Corrientes para sostener a su esposa y sus cuatro hijos.
LA NUEVA BAJANTE HISTÓRICA
El bajo nivel del caudal de agua del Paraná se explica principalmente por el impacto de la sequía, en particular en la cuenca alta en Brasil. Además, un posible agravamiento de este panorama llegaría de la mano del fenómeno climático La Niña, cuyo comienzo está anunciado para esta misma semana y podría complicar la situación por un régimen de lluvias escaso que afectará a toda Sudamérica.
El último informe hidrométrico difundido por el Instituto Nacional del Agua (INA) indicó que las aguas del Paraná alcanzaron un nivel de apenas 0,61 en el Puerto de Rosario, seis centímetros más bajos que el nivel del río en el Puerto de Barranqueras. Se trata así de la peor bajante del Paraná en lo que va del año, donde el pico más elevado se registró el 9 de mayo con 4,4 metros.
SIN AGUA, NO HAY PECES
En su casa del barrio San Pedro Mauro y Caty tienen tres freezers, de los cuales uno solo está cargado con peces y estos son bagres amarillos que se comercializan a $3000 el kilo. «Es lo único que pesco con el espinel. Por la bajante no puedo ocupar la red en mi cancha y soltarla en otro lugar, es riesgoso porque primero se debe limpiar la zona. Perder una red (o mallón) representaría un gasto que no puedo afrontar», indicó.
Se conoce como cancha al espacio asignado informalmente a cada familia de pescadores en el barrio. «Los de mejores canchas apenas si consiguen uno o dos surubíes a la semana, de 10 kilos más o menos. Así es imposible», lamentó al respecto.
Según indicó Mauro, acopiadores abonan $10.000 por kilo de surubí a los malloneros que los capturan. Particularmente se los puede conseguir por hasta $12.000 por kilo. «El dorado está un poco más bajo entre $8000 y $10.000 por kilo», comentó.
«Si tengo que buscar otro lugar de pesca, tengo que moverme más de 20 kilómetros río abajo, y los costos que eso implica no son redituables», señaló el hombre que optó por dejar la pesca con mallón de lado.
PRONÓSTICO DESALENTADOR
Los pronósticos del Instituto Nacional del Agua (INA) no anuncian grandes mejoras en los caudales del Paraná en los meses venideros. Ni en los pronósticos más alentadores se llegaría a superar el metro de nivel de aquí a mediados de noviembre.
Por otro lado, las perspectivas hidrométricas mínimas estiman valores muy cercanos al cero. Como destacaba el INA en uno de sus últimos informes, el aporte de la alta cuenca, proveniente fundamentalmente de Brasil y Paraguay, persistiría con niveles inferior a lo normal.
Diario Norte
