El Chaco de nuevo frente a un crimen muy similar al del Caso Greco
El 31 de enero de 2019, Sebastián Ponce de León, un empresario dedicado a servicios de comida para eventos sociales, se dirigió a la casa de una expareja en la ciudad de Barranqueras para recuperar prendas y algunos otros elementos de su propiedad, ignorando que allí comenzaba una cuenta regresiva de pocos días para su vida Sebastián tuvo una discusión con la mujer, alguien avisó a la policía del incidente y los efectivos de la Policía del Chaco que llegaron hasta el domicilio se lo llevaron detenido. Diez días después murió en el Hospital Perrando.
Una “re autopsia” realizada a sus restos determinó recientemente que la causa del deceso fueron los golpes y tormentos sufridos tras ser arrestado.
El caso, así, guarda una similitud tenebrosa con el del artesano Ángel Greco, quien se convirtió en un hito de la lucha por la vigencia de los derechos humanos en las cárceles del Chaco.
Greco fue detenido en Vilelas en 1990, sin motivos claros, y murió poco después en el Perrando a raíz de quemaduras sufridas en gran parte de su cuerpo mientras estaba en la comisaría de Vilelas.
La policía dijo que él mismo había prendido fuego a su celda. La justicia prácticamente se ciñó a esa versión y cerró el caso. Pero la familia del artesano no se rindió y logró que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condene a la provincia a indemnizar a los deudos de Greco, a crear una fiscalía especial de derechos humanos y a reabrir la investigación penal del caso.
LA MISMA PIEDRA
Ahora, con el caso Ponce de León, el Chaco tropieza con la misma piedra. De acuerdo con la investigación realizada por el Equipo Fiscal Coordinador C de la justicia penal provincial, el emprendedor fue golpeado con salvajismo durante su detención, al punto de que ello le provocó una insuficiencia renal severa y múltiples lesiones que lo llevaron a la muerte.
Fuentes ligadas con la investigación informaron a NORTE que la “re autopsia” realizada a los restos del joven de 35 años confirman que fue golpeado de las más diversas maneras y con saña. Incluso tenía lesiones en el cuello compatibles con maniobras de ahorcamiento. Ahora la fiscalía se inhibió. Considera que la conducción de la causa debe ser tomada por la fiscalía de Derechos Humanos. La misma que el Estado creó por el Caso Greco.








