Clausuraron El Bar Macedonio
Mientras se desarrollaban lecturas de poesía, programa debidamente anunciado en los medios días antes, irrumpió una patota de empleados municipales que llegaron para clausurar el local y suspender la lectura de los poemas.
«Ruidos molestos», adujeron los sensibles oídos de los municipales, algo inexistente, ya que la lectura de poesía es un acto intimista llevado a cabo frente a un público expectante y callado.
No es la primera vez que ocurre, hay alguien en la justicia que detesta la poesía, la narrativa, la música, el mundo sensitivo de la humanidad, que ve en Macedonio un anticristo ruidoso y que no lo
es.
En Macedonio, hace ya más de diez años llevo adelante talleres de escritura y lectura sin más ruidos que el rasguño de la birome al arrastrarse sobre la hoja de papel o el jadeo invisible de las hojas cuando uno cambia de página.
Hemos editado una antología de cuentos escrita sobre las mesas de Macedonio y tenemos casi lista otra, que, debido a la incursión punitiva municipal, estamos obligados a suspenderla.
También, en las mesas de Macedonio se sueñan futuras obras de teatro, juntadas de músicos, se tararean temas que mañana serán canciones.
La Argentina ha entrado hace ya un tiempo a una dinámica represiva digustante y dolorosa hacia la cultura. Ahora esta ola golpea sobre nuestros sitios de esparcimiento, arte y felicidad.
Y estamos dispuestos a defender nuestros pedacitos de paraíso que nos corresponde bajo nuestro maravilloso cielo.
DIGAMOS NO AL CIERRE DE MACEDONIO.
APERTURA INMEDIATA DE SUS PUERTAS.
Y SI NO HAY RESPUESTA
PREPAREMOS UNA CONCENTRACIÓN PACÍFICA FRENTE A SUS PUERTAS.
QUE NO NOS ROBEN EL PLACER DE CREAR Y DE HABLAR DE NUESTROS MUNDOS.
¡AGUANTE MACEDONIO!
