Llega a Guido Miranda Anita Martínez con “Histeriotipos”
La actriz se presentará el viernes 13 de junio en el Complejo Cultural Guido Miranda con su unipersonal «Histeriotipos». Una obra que hace reír, pero también invita a mirar de cerca los vínculos y sus absurdos.
A casi 13 años del estreno de Histeriotipos, Anita Martínez sigue poniéndose al hombro uno de los unipersonales más singulares y vigentes de la escena teatral argentina. La cita con el público chaqueño será el viernes 13 de junio a las 21.30 en el Complejo Cultural Guido Miranda, donde presentará esta función que, entre carcajadas, expone con ternura y picardía los enredos del amor y las trampas de los vínculos.

«Cuando estrené Histeriotipos pensé: ‘qué loco lo que le pasa a la gente’… y hoy, años después, me doy cuenta de que terminé viviendo muchas experiencias que relato en la obra», cuenta Anita a NORTE.
Escrita por Claudia Morales, la obra funciona como un «manual de autoayuda» para identificar a los hombres de los que habría que escapar. Desde el Hystericman, el Creativo, hasta el inolvidable 50 Sombras de Morón, el espectáculo recorre con humor distintas personalidades, sin perder nunca el eje en la mirada femenina.
Reírse de lo que dolió
Para Martínez, lo que ha cambiado con el paso del tiempo no es tanto el conflicto, sino el contexto: «Cambiaron las épocas, los nombres, pero en esencia los conflictos son los mismos: la búsqueda de ese amor perfecto, ese príncipe azul que obvio destiñe al primer lavado», dispara.
Entre todos los personajes, hay uno que la hace estallar de la risa en cada función: «El sketch de la mina de 40 y pico que va al boliche lleno de pendejos de 20 y se cree que puede encajar… me divierte mucho».
Y aunque la obra nació pensada para un público femenino, los varones no tardaron en llegar. «Tenía mucha gente que me seguía de Mar de Fondo, especialmente hombres, y me venían a ver. Sentía que necesitaba incluirlos. Le pedí a la autora que sumáramos escenas de pareja y así fue», cuenta.
El humor y sus límites

En tiempos donde el humor está en debate permanente, Anita opina sin vueltas: «Hubo un momento donde se puso todo muy pesado, no se podía decir nada. Tenía razones, claro, pero ahora creo que se está acomodando. La censura previa no sirve, el respeto sí. Yo navego ahí».
«Para mí, el equilibrio del humor no puede alterar el mensaje», dice. Y se nota: su comedia no se burla, sino que observa, exagera y devuelve una imagen tan distorsionada como real de quienes somos (o fuimos) cuando amamos.
Unipersonal, amor y aventura

Acostumbrada ya a la dinámica del unipersonal, Anita asegura sentirse en su salsa: «He aprendido a manejar todos mis tiempos de la comedia, lo vivo como una aventura. Me enamora este desafío». Y aunque dice no hacer «mucho espamento» para no quemarlo, confiesa que tiene un amor: «Me acompaña, me cuida, me quiere… no sé cuánto ni por cuánto, pero ahí está».
Para el público de Resistencia, su deseo es simple pero contundente: «Que disfruten, disfruten y disfruten. Que se rían y se olviden de cualquier cosita por un rato».
Diario Norte






