La autora de Exilio advirtió: “Me siento con una condena social muy grande”

Es que su obra fue objeto de una “censura de hecho” por el Gobierno provincial y el Instituto de Cultura que salieron a despegarse de la presentación del libro en el marco de la Feria Chacú Guaranítica. Se trata del trabajo en el que Vanesa Doglioli analiza la situación de los jóvenes tras las rejas, tomando el caso de Nahir Galarza.

Vanesa Doglioli, autora del libro en cuestión, dialogó con La Bisagra, que se emite por Radio Independencia. En la entrevista afirmó: “Me siento con una condena social muy grande. Creo que esta condena que se impuso es tan, o más fuerte, que una judicial”, aseguró la escritora. “Soy una simple escritora y trabajo con una pluma y la palabra y lo que hice fue sólo escribir sobre estos temas que están muy solapados en nuestra sociedad y que siempre lo estuvieron”, agregó Doglioli.

Para explicar aquello de la “censura”, la escritora reflexionó que “antes de censurar, porque así me siento, si a alguien no le gusta, ya sea al Gobierno a Cultura (por el Instituto) o a la sociedad misma, no le gusta lo que yo escribo, primero deberíamos empezar a debatirlo. Porque si bien te puede gustar o no, y esto es una decisión que yo respeto, nadie me dio la posibilidad de contar que fue lo que me motivó a escribir lo que escribí. Dieron por hecho algo desde el desconocimiento”, señaló.

El libro

Así, recordó cómo surgió la idea de la obra literaria. “El caso de Nahir es uno de los casos más mediáticos. Yo seguí desde el primer momento el caso y decidí, a partir de una frase (Nadie pensó en mi) que ella dice en el documental, escribir un libro no sobre ella y su caso judicial. Hay que saber que esto ya fue tocado por la Justicia y a ella ya se la condenó a perpetua. Eso ya está. Y para nada persigo una apología del delito, nada más alejado de mi libro. Yo fui al penal, le hice una entrevista para los que tuve que seguir varios pasos para poder hacerla. Estuve entrevistándola cuatro horas y también hice llamadas al teléfono fijo del penal”, recordó Doglioli. “En mi libro doy voz a una joven en silencio, pero el libro tiene 120 páginas y sólo algunas son en las que ella cuenta lo que quiere contar. El resto del libro son pensamientos míos, decisiones mías, como yo veo la sociedad y la elegí a ella como un referente de la juventud que está detrás de las rejas y no solamente trato el tema de ella”, añadió.

Así también confirmó que “la presentación se va a hacer, con el apoyo de mi editor Rubén Bisceglia. Va a ser el 21 de febrero a las 19 horas, aunque el lugar aún no puedo decirlo. E invito a toda la gente que quiera y no importa si están de acuerdo o no, aunque no lo hayan leído. Que vayan para encontrarse y que puedan darse cuenta de que lo que escribo está lejos de lo que piensan. E invito al Gobierno y a Cultura que estén en la presentación”, concluyó la autora de Exilio.

Expresión amenazada

Que el Gobierno provincial tenga una inclinación a coartar la libertad de expresión ya no es novedad. Es la denuncia de medios de comunicación y periodistas, organizaciones sociales, sindicatos y todo aquel que plantee críticas y la necesidad de dialogar. Pero lo novedoso es que, esta acción claramente estigmatizante de salir a despegarse, alejarse o apartarse de una obra literaria constituye una censura desde el desconocimiento y el prejuicio. Prácticas que el consenso social iniciado con el fin de la última dictadura cívico militar ya parecían desterradas, al menos, de parte del Estado. Promover la condena social hacia una escritora por lo que escribe es censura. Es coartar la libertad de expresión.